En este Vía Crucis, acompañamos a Jesús en su camino hacia la cruz, recordando que Él es el Misionero del Padre, que entregó su vida por la salvación de todos.
Como Oblatos, somos llamados a seguir sus pasos, “toma tu cruz cada día y sígueme” (Lc 9,23) llevando su amor y misericordia a las comunidades que servimos, especialmente a los más pobres y abandonados.
Que este camino nos inspire a renovar nuestro compromiso misionero, rezando y conociendo los dolores y las respuestas de los lugares donde misionan los Oblatos de Rumanía, Senegal, Guinea Bissau, Venezuela y el Sahara.
Los textos fueron escritos por el equipo español de la Procura de las Misiones OMI.